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Tendencias de moda polémicas de primavera-verano 2024 (que se extenderán hasta el otoño)

Por María José Pérez - 27 de marzo de 2024 - moda

#moda#street style#tendencias#primavera-verano 2024

Aunque hay tendencias de primavera-verano 2024 que parecen poner de acuerdo a todo el mundo, hay otras tantas que dividen opiniones de manera contundente: o las amas, o las odias. Eso sí, divertidas, son. Y mucho.

Las tendencias de primavera-verano 2024 polémicas que o bien amas, o bien odias

Seamos sinceras: hay estéticas que parecen poner de acuerdo a una gran mayoría. Suelen ser las tendencias de moda más aceptadas socialmente, esas que se han hecho masivas y que no parecen poner en jaque la visión del mundo tanto de la mayoría adelantada como de la mayoría rezagada. Ahí podrían entrar el estilo ladylike, las faldas midi, los estampados de flores, el color negro… Vamos, que seguro que te las sabes. Igual que las otras, esas tendencias de moda polémicas, o que pueden calificarse como tal si atendemos a su capacidad para dividir la opinión del público. Vamos, que suele haber dos grupos: los de quienes las odian y los de quienes las aman.

Vale, es cierto que quizás puedan dejarte más o menos indiferente, pero sería raro, porque son tendencias de moda con una enorme carga visual que genera looks llamativos. Y ojo con esta pequeña lista, porque aunque estén entre las tendencias de primavera-verano 2024, es más que probable que las sigas viendo durante el otoño.

Los pantalones capri

Tiene que aparecer de las primeras porque aunque ya hubo looks el año pasado con ella, esta tendencia también se ha colado entre las propuestas de pasarelas. La cuestión es que encaja bastante bien tanto con la estética minimalista como con los estilismos inspiraros en esa corriente visual de los 90, pero claro: el largo. Ese corte entre la parte baja de la rodilla y la mitad de la pantorrilla es casi más complicado que el de una falda midi, y no todo el mundo está listo para comprometerse con él.

Las faldas globo

Esta es una de esas microtendencias que no sabes muy bien cómo terminan en tiendas masivas y, sin embargo, ahí están, en Zara, tanto en formato mini como maxi, recordándonos que entre 2005 y 2010 casi todas llevamos una (allá cuando Blanco existía como cadena de moda). Quizás para ti haya pasado el tiempo suficiente como para darle otra oportunidad… o quizás no.

Los Firebird de Adidas

A pesar de que la estética deportiva haya perdido su hueco entre las grandes firmas (o al menos, ya no sea la niña bonita del lujo), siguen quedando remanentes en el street style que nos recuerdan que el athleisure puede ser como la energía: que ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Y estos pantalones deportivos son la penúltima prueba de ello. Eso sí: vas a verlos mezclados con otras piezas que, en general, poco van a tener que ver con la parte de arriba del chándal, creando contrastes de estéticas potentes e hipnóticos. En ti está si ese hechizo es cosa de magia blanca o de magia oscura.

Los calcetines muy llamativos

Cualquiera diría que después de las últimas temporadas, el ojo ya se nos habría hecho a este accesorio denostado durante años. Pero no: enseñar los calcetines sigue siendo un movimiento que va a atraer miradas, incluso en entretiempo, su hábitat natural, y en estilismos donde está más aceptado, como el que implica unos mocasines. Y si encima hablamos de calcetines de media o de tul translúcidos, apaga y vámonos: las miradas están assguradas.

El peplum

No, no me refiero al subgénero de cine, sino a ese volante que sale de la cintura con mayor o menor volumen y que estuvo con nosotras durante gran parte de 2010 y alrededores. Ese que podía dar lugar a tops preciosos y que también se colocó encima de cualquier vestido, como si una prenda no pudiese salir de fábrica sin esos trocitos de tela. Culpa al regreso de esas tendencias de antes de ayer, a la revisión de la silueta babydoll de las pasarelas, al coquette o incluso al vestido de Louis Vuitton con el que Emma Stone recogió su segundo Oscar: la cuestión es que estás volviendo a ver este volante, sobre todo en camisas románticas que muchas portuguesas incluyen en sus looks.