Faldas tendencia 2024: El regreso de la burguesa y la obsesión micro

Si has estado prestando atención a tu feed de Instagram o has echado un ojo crítico a los escaparates virtuales últimamente, quizás te hayas percatado de un cambio sutil pero implacable. Esa idea de feminidad clásica, casi nostálgica, está atravesando muchísimas de las propuestas que vamos a ver durante todo 2024. Y claro, si vamos a recurrir a arquetipos de feminidad clásica para plasmarlos en prendas de moda y renovarlos un poquito, tiene todo el sentido del mundo que hoy hablemos de faldas.

Porque, reconozcámoslo: aunque los pantalones lleven décadas siendo nuestros fieles compañeros de batalla (y sigan teniendo una presencia destacada en pasarelas), este año la falda reclama su trono con una fuerza inusitada. Pero no cualquier falda, ni de cualquier manera.

El dominio absoluto de la falda midi

Tenemos que empezar por lo evidente, por esa pieza que ha pasado de ser una opción conservadora a convertirse en el eje central del estilo en 2024: la falda midi.

No es solo una percepción visual; los datos respaldan esta invasión. Según señala Tagwalk —el buscador de moda por excelencia—, la presencia de faldas midi entre las 20 marcas más relevantes del momento ha aumentado un 75% con respecto al verano anterior. Estamos hablando de una cifra masiva. Cuando las firmas top deciden apostar tan fuerte por una silueta, la proyección que tiene estar dentro del circuito comercial de las tiendas más accesibles es ineludible.

¿Y por qué ahora? Porque lo burgués y lo femenino son tendencias en fuerte ascenso. Hay una yuxtaposición fascinante esta temporada: mientras veníamos de una ola de minifaldas y estética Y2K, ahora la industria busca algo más pausado, más adulto.

Transparencias y flecos: La burguesa subversiva

A pesar de que la falda midi tenga cierta asociación con esa mujer más o menos tradicional, lo interesante aquí es cómo cada detalle puede llevarnos por caminos distintos. No se trata de disfrazarse de bibliotecaria de los años 50, sino de jugar con los códigos.

• La falda midi transparente: Ya la vimos en Prada y Miu Miu, y este verano sigue con nosotros. Aquí la transparencia añade una capa de sensualidad que la falda midi no suele tener per se. Es casi un acto subversivo: llevas el largo "correcto" por donde dicta la norma, pero juegas con el espacio en blanco, enseñando las piernas a través de tejidos como el crepé transparente o el encaje. Es jugar con la trampa de la ley.
• Flecos y movimiento: Otra tendencia clave es la falda midi con flecos. Quizás tiene menos carga simbólica que la transparencia, pero aporta un punto lúdico que relaja la rigidez de la estética burguesa, haciéndola más accesible y cercana.

Un apunte histórico: ¿Por qué enseñamos las piernas?

Es curioso cómo damos por sentado el enseñar las piernas, pero si miramos atrás, es un fenómeno relativamente reciente. Hasta el siglo XX, la mujer debía mantener ocultas sus extremidades inferiores. No fue hasta la década de 1920 cuando se mostraron las pantorrillas por primera vez, y curiosamente, no pasamos directamente a la minifalda, sino que el largo midi fue esa primera pequeña revolución absorbida por el status quo.

La historia de cómo pasamos del recato absoluto a la liberación de la minifalda en los Swinging Sixties es fascinante y explica mucho de lo que vestimos hoy. En el Club DModa profundizamos mucho más en este análisis sociológico, desgranando cómo la píldora anticonceptiva, el baby boom y la economía de los 60 crearon el caldo de cultivo perfecto para que Mary Quant y Courrèges cortaran las faldas. Si te interesa entender la moda más allá de la prenda, te esperamos dentro.

La resistencia: Microfaldas y estética 90s

Pero la moda vive de contrastes. Y frente a esa ola de faldas midi y feminidad delicada, surge una respuesta contundente: la microfalda.

Ojo, no hablamos de minifalda, hablamos de micro. Tagwalk advierte que no debemos confundirlas: lo micro abarca piezas tan cortas que podrían considerarse cinturones anchos o bragas de vestir. Aunque la mayoría de los looks de pasarela regresan a lo romántico, hay un porcentaje pequeño pero ruidoso que adopta esta tendencia ultra corta, a menudo alineada con una estética minimalista y rectilínea.

El cuero como declaración de intenciones

Para ilustrar esta tendencia, nada mejor que la microfalda de cuero. Entra de lleno en la órbita de la inspiración de los 90 (una década que nunca se va del todo).

Si la minifalda tradicional comunica juventud y diversión, el cuero le añade potencia, seguridad y un toque agresivo. Es una prenda que parece decir: "conozco las reglas de la burguesa, pero elijo romperlas". Es versátil, tiene carácter y rompe con la dulzura de los pasteles y las flores que dominan otras áreas de la temporada.

Conclusión: ¿En qué bando estás?

Este 2024 nos plantea una dicotomía interesante. Por un lado, la seguridad y la elegancia renovada de la falda midi, con sus transparencias y sus juegos de texturas. Por otro, la audacia de la microfalda, heredera de la revolución juvenil y el minimalismo de los 90.

Lo cierto es que no tienes que elegir un bando. La moda actual nos permite transitar entre esa burguesa sofisticada y la rebelde con causa según nos levantenemos cada mañana. Lo importante es entender qué comunica cada largo y usarlo a tu favor.

Si quieres seguir explorando cómo estas tendencias afectan a tu estilo personal y acceder a análisis de mercado que no encontrarás en ningún otro sitio, recuerda que en el Club DModa tenemos contenido exclusivo esperándote. Porque vestir bien es divertido, pero entender por qué vestimos como vestimos, es poder.